Que te haga sentir que has llegado a casa, que te transmita sentimientos positivos a quienes te visitan, que refleje calor de hogar y que mantenga los valores del campo. Ese es el portón ideal, difícil tarea elegirlo, ¿verdad? Te ayudamos.

Un portón antiguo es un tesoro, si puedes restaurar los portones originales de la casa, no lo dudes, puesto que armonizaran mejor que los procedentes de derribos y tendrán una pátina de envejecimiento similar al resto de la casa.

Al adquirir tu portón de madera ten en cuenta la rusticidad, la proporción de la fachada, la tradición local, las maderas propias de la zona, etc. Si la fachada es sencilla, huye de las puertas recargadas. Si la casa es de noble factura, con bellos balcones de forja y sillería de piedra, el portón tendrá que ir en consonancia.

Si no dispones de los portones antiguos originales de la casa, siempre puedes adquirir uno nuevo. El secreto está en el acabado artesanal, el tratamiento dado a la madera, los herrajes y el diseño. Un acierto seguro será elegir un modelo sencillo. Ten en cuenta el tipo de madera ya que variará su durabilidad y resistencia. Maderas nobles como el roble mucho mejor que maderas blandas como el pino.

Adorna tu portón con herrajes, con clavos; sofisticados trabajos de herrero artesanales, con forma de estrella, cuadrados, de cruz latina… Con bisagras o pernios, aldabas de formas geométricas, motivos vegetales, escudos familiares, etc. Cerrojos; pasadores de hierro, alguno de grandes dimensiones. Manillas sencillas u ornamentadas.

Cómo elegir un portón

Decora el entorno, termina la decoración de la fachada colocando tinajas de barro, bancos de madera, faroles de hojalata o candiles de hierro oxidado. Si la puerta de madera da acceso a un vestíbulo, dótalo de suelos empedrados, losas de piedra, terracotas artesanales, bóvedas de piedra o ladrillo, ventanucos diminutos…

Cómo elegir un portón

 

Recupera el hierro antiguo, los herrajes de los portones antiguos, si son de hierro, se recuperan limpiándolos con un cepillo de púas de alambre y un tratamiento con aceite de coche usado, quedan protegidos contra lo corrosión. Por último se engrasan los elementos de fricción, como bisagras o cerrojos, con aceite o lubricante.

Si quieres impresionar, haz la entrada más impactante, construye un tejadillo de entrada sobre el portón, con el paso de los años te lo agradecerá. Otra forma de revalorizar la puerta es mediante un recercado, un dintel de madera o un arco. Los más tradicionales se hacen con ladrillo o piedra, y los más modernos con cemento.

Ajústalo a tu medida, si la medida te lo permite elige un portón de doble hoja o con amplias hojas que permitan el paso, incorpora ventanucos, mirillas o gateras, elige colores cálidos. Los clavos, rejas y aldabas acentúan el carácter rústico.

Mímalo, realiza un mantenimiento cada dos o tres años, aplica aceite protector de madera a poro abierto para que luzca como el primer día. Protégelo de las inclemencias del tiempo y verás como vivirá muchos, muchos, muchos años y tendrás en él una bella y segura compañía.

Cómo elegir un portón